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LARA, Juan Carlos de

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Datos biográficos

Nació en Huelva el 28 de noviembre de 1965. Comenzó a publicar a los trece años en distintos diarios y revistas especializadas y a colaborar en espacios radiofónicos. Fundó y dirigió la entrega de poesía Hojas Nuevas y la colección de libros Ramos de perejil. Ha pertenecido al equipo de redactores de la revista Literatura infantil y juvenil, de Barcelona.

El cantautor José Luis Pons ha puesto música a su poesía y la ha publicado en los discos Mar de leva (1995) y Canción del poeta del sur (2000).

Aunque ha hecho incursiones en la prosa poética, el relato breve, la crítica y el ensayo literario, Juan Carlos de Lara se expresa fundamentalmente a través de una poesía dotada de sencilla naturalidad, donde la intensidad lírica se asienta sobre una clara estructura rítmica, según expone Ramón Reig en su Panorama poético andaluz (1991).

Obra literaria

  • Caminero del aire (Huelva, 1985).
  • Elegía del amor y de la sombra (poemas de soledad) (Huelva, 1987).
  • Antes que el tiempo muera (Huelva : Diputación, 2000).
  • Memoria del tiempo claro: antología poética (Granada : Alea Blanca, 2008).
  • Paseo del chocolate (Sevilla : Renacimiento, 2008).
  • Depósito de objetos perdidos (Soria : Diputación Provincial, 2016). XXXIV Premio "Leonor" de Poesía 2015.
  • Vida nueva (2019).
  • En la mitad profunda del olvido (2019).
Ha publicado, además, el cuaderno Aquí y ahora (1992) y el pliego Cuatro poemas (1998).

Premios

  • Ha obtenido, entre otros, los Premios siguientes:

  • Juan Figuereo (Huelva, 1982).
  • Villa de Bujalance (Córdoba, 1992).
  • Ciudad de Ayamonte (Huelva, 1996).
  • Daya Nueva (Alicante, 1998).
  • Ciudad de Niebla (Huelva, 1999).
  • Juan Cervera (Sevilla, 2005).
  • Jesús Serra (Gerona, 2012)
  • Alhoja de Oro (Sevilla, 2012)
  • XXXIV Premio Leonor de poesía de Soria (2015).
  • XIII Certamen de Poesía Amigos de La Herradura (2019).
  • II Certamen Nacional de Poesía Feria del Libro de Los Palacios y Villafranca (2019). 

Menciones y reseñas de Internet

 

Fragmentos de su obra

AUTORRETRATO

No sé bien el porqué, pero sucede
que me paso la vida coleccionando inviernos
como cromos antiguos:
el agua de los charcos,
la nieve por caer de la memoria
y la hoja de diciembre de un almanaque escrita
al dorso de otro frío.

No conozco el motivo, pero a veces ocurre
que voy viviendo a tientas,
y me pierdo por largas avenidas sin nombre
de portales sin número
con los ojos sin brillo y con barba de unos días
sabiendo a ciencia cierta
que tan sólo es posible seguir hacia delante.

No consigo explicármelo, pero el caso es que siempre
acabo por echar todo a perder
con esta irremediable propensión al recuerdo,
con mi vieja manía
de ver el porvenir así, tan mate
como el agua estancada
pero que llega y pasa sobre mí como un río
con esta incontenible celeridad de ahora.

No entiendo cómo entonces, inesperadamente,
hay mañanas que encuentro cada cosa en su sitio,
las palabras exactas,
las horas puntuales
y que me miro yo y me reconozco
delante del espejo.

Hay mañanas, ya digo, que empiezan casi alegres
y la esperanza irrumpe con el sol en lo alto,
pero no sobreviven
porque escribo la tarde con la t de tristeza,
y me da por pensar y no escarmiento
de salir a la calle con los bolsillos rotos.

No lo voy a negar, nunca he tenido
los pies sobre la tierra,
ni ahora que ya gozo, como suele decirse,
de una cierta experiencia de la vida
me ocupo de las cosas que debiera:
del coche, del dinero, del prestigio,
no sé, de todo aquello
que un hombre de mi edad considera importante,
y ni como ni duermo entre carpetas azules,
entre viejos recortes que se han puesto amarillos,
asomándome al mundo
con los libros forrados y la mirada en cueros,
buscando en todas partes el verso que no llega,
a solas con mi tanto por ciento de amargura,
hasta que al fin un día
la soledad, los años, un dolor, qué más da,
lo que quiera que sea me escribirá su nombre
por detrás de ese frío que ha de hacerme el favor
de cerrarme estos ojos en mitad del olvido.