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CARBAJO LOBO, Marisa

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Datos biográficos

Marisa Carbajo Lobo nació en Sevilla en el 1963, pero vive en Aracena (Huelva), desde que se casó en el año 1985.

Desde muy pequeña se siente atraída por la literatura y en la actualidad, como integrante y vicepresidente de la Asociación Cultural Bohodón, es una febril entusiasta de la denominada "auténtica poesía". En la página Web de dicha asociación se dice de ella:

"Desde muy niña es una gran lectora, con especial interés siempre por los temas relacionados con la Lengua y la Literatura (y con algún que otro premio de poesía en concursos de su instituto). Iba para filóloga pero se decidió al final por la Psicología. Después, la carrera, la maternidad y la profesión la llevaron a abandonar por un tiempo (unos 15 años) esas inquietudes filológicas y literarias, reduciéndose su actividad creativa a la lista de la compra y, excepcionalmente, a las felicitaciones navideñas. Como esto no podía seguir así, ya cumplidos los treinta y varios, volvió a retomar esta vocación temprana que tanto le satisface. En principio, como distracción; más tarde, con afán de prepararse en serio; y ahora es ya una necesidad, porque no se siente a gusto si no está trabajando en algún poema".

Forma parte de la Asociación literaria "Huebra", un buen ambiente para formarse en el arte de componer poesía y para contar con amigos que la animen a seguir escribiendo. Desde esa asociación ha participado en varias lecturas poéticas:

  • En la Velada de Poesía Erótica de Galaroza (febrero de 2004).
  • En La noche de los poetas de Linares de la Sierra ( junio de 2004).
  • En el Encuentro de escritores de la Sierra organizado anualmente por el Ayuntamiento de Galaroza y (26, 27 y 28 de Noviembre de 2004).
  • En el I.E.S. Puerta de Andalucía de Santa Olalla del Cala, dentro del programa Literatura en las aulas, como actividad complementaria al encuentro antes citado. (Noviembre de 2004).

 

Obra literaria

  • Novecientos cincuenta y cinco versos (Aracena, Huelva : Asociación Literaria Huebra, 2006). Es su ópera prima en la que hace gala de una soltura en la versificación y en la elección de los temas. Poemario afín a la prosa poética, con el que logra imágenes brillantes. Utiliza el verso libre con un tono mayor de ironía, desgarro y algún que otro atisbo de cínica sonrisa. Hay un alarde también de cultismo y de fácil manejo de la mitología clásica.

Cabe mencionar también que presentó la comunicación Sobre la "enfermedad" de Juan Ramón Jiménez, en el congreso Encuentros con Juan Ramón Jiménez, celebrado en Huelva, Moguer y Sevilla, el 19, 20, 21 Y 22 de Octubre de 2006, y organizado por la Asociación Andaluza de Profesores de Español Elio Antonio de Lebrija.

Junto a Teresa Saco Burgos publica el album ilustrado infantil Máximo (Tres Cantos, Madrid : Bohodón, 2019). 

 

Crítica literaria

Se ha dicho de ella que: "La poesía de Marisa Carbajo, formal y estructuralmente deudora de nuestra mejor tradición lírica, si bien encontramos claros ecos de la última poesía femenina española, con la cual dialoga, trata de apresar lo cotidiano, pero visto desde un prisma alejado, irónico, chispeante, que entronca con una poesía de raíz autobiográfica en la que la poeta bucea tratando de encontrar un sentido a ese universo propio en el que las cosas no siempre son lo que parecen. Marisa Carbajo lo hace sin elevar la voz, sin zaherir en exceso, pero poniendo los puntos sobre las íes, con una voz sutil y recia, capaz de conmovernos, que es, acaso, el último bastión de la poesía.

El estilo poético de Marisa es de una elevada pulcritud, en donde maneja con soltura los diferentes estilos de métricas y de rimas repartidos en un amplio espectro de estilos estróficos, aunque es el soneto de arte mayor el que parece cultivar con más deleite y maestría. Los argumentos de sus composiciones suele salpicarlos con gotas de fino humor, aunque sabe plasmar también en ellos sus más serios y profundos sentimientos".

Suyas son las siguientes palabras recogidas en el foro de la Asociación Cultural Bohodón:

"En una época en la que el verso medido (y más aún el rimado) se consideraban como algo anacrónico, un grupo de poetas -o de personas interesadas por la poesía- crearon el foro de "Auténtica poesía" con el fin de investigar y trabajar el verso con métrica y rima. ¿Por considerar que era lo mejor o lo único? No, sólo por estudiar, defender y practicar este tipo de poesía -que parecía denostada y abandonada-, ya que creíamos -lo seguimos creyendo- que es un aprendizaje básico y previo para cualquiera que quiera manejar bien el verso, independientemente de que, en su evolución poética, uno se lance luego a escribir en verso libre, en prosa poética o en lo que el cuerpo le pida. Tan importante me parece conocer a los clásicos que ver cómo trabajan y han trabajado los contemporáneos y los cambios fundamentales que trajeron a la poesía. Si me permitís el símil, es como si un estudioso de pintura, se dedicara sólo a estudiar la pintura contemporánea si saber nada de lo que los movimientos anteriores aportaron. Una buena formación, que es lo que pretendemos, debe abarcarlo todo, y como empezamos por detrás -a ver quién puede quitarle importancia a la poesía del Siglo de Oro- en ello nos quedamos una buena temporada, sin querer entrar en el verso libre. Ya en este nuevo foro, apareció el apartado de "Verso blanco", con mucho éxito, como hemos visto, y todos vamos aprendiendo de todos. Ahora llega lo que quedaba: el verso libre: sin más normas, según tengo entendido, que romper con las normas de la poesía clásica...".

 

Obras en Internet

 

Menciones y reseñas de Internet

 

Fragmentos de su obra

CROMATISMO

Tu piel es como nácar y canela;
la tentación, color verde manzana;
el amor es de intenso color grana
y de ácido limón cuando se encela.

Las dudas, de un color verde ciruela;
color pardo, el orgullo o avellana;
gris plomo, la rutina.  Y la desgana,
de un tenue rosa palo de acuarela.

Es blanca la ilusión, blanca y con velo,
y la ilusión perdida, blanco roto,
y crudo es el color del desconsuelo.

Y el recuerdo de aquel amor remoto,
color sepia, y a veces, color cielo,
y cárdena la herida que me noto.

 

A DON FRANCISCO DE QUEVEDO

Por vuestra sátira burda
de vos me llegó razón
harto cobarde y absurda;
no me sufra el corazón
¿no se me inquiete siquiera¿
a no dar contestación
después de que lo leyera.
¡En romancico mordaz
que es más digno de aparcera
o de trotona procaz
que desta que tanto amasteis!...
¿Cómo habéis sido capaz!
¡Un amor que proclamasteis
en octavas y sonetos!...
Eso, hasta que me preñasteis,
y empezaron los aprietos
-¡qué capón y qué medroso!-
y los pretextos escuetos.
Nunca os quise por esposo
¡guay de mí!, ¡qué pesadilla!
ni engendraros un mocoso,
ni ver sobre mi mesilla
vuestras toscas antiparras,
ni vuestra recia perilla
sobre mí, ni vuestras garras;
mas en vuestro desenfreno,
y sin reparar en barras,
tomasteis, ladrón, lo ajeno...
Y he de deciros, galán,
que resultáis poco ameno
sin el lúgubre gabán
-cuestión esta, estoy segura,
que muchas confirmarán-.
Mi incertidumbre futura
duró poco, pues sabed
que por bella y por ventura
jamás me faltó merced
ni alimento para el hijo,
ni varón para mi sed,
ni unos cuartos, ni cobijo;
pues no viéndose mi estado,
y con grande regocijo,
me casé con un letrado.
Un buen hombre, nada adusto,
hacendoso y hacendado,
honrado, creyente, justo,
de familia linajuda,
y tan presto a darme gusto
que pronto me hará viuda.
Es por tanto necedad
que digáis que os pido ayuda:
Primero, que no es verdad;
segundo, que no requiero,
como veis, de caridad;
y menos de vos -tercero-.
¿Queda claro y meridiano
juglarillo chocarrero?
Ya me consta de antemano
vuestro contento infinito
porque el niño crezca sano.
Como os dije, no es bonito,
pues, por mor de asunto innato,
nació miope, zambito,
desgarbado, poco grato
-todos dicen que parece
vuestro vívido retrato-.
Se vuelve conforme crece
más sagaz y resentido;
con poco se ensoberbece;
es osado, resabido,
impúdico en su descaro...
¡Pesia tal!, ¡qué parecido!...
Vuestro ingenio tan preclaro;
la misma mirada astuta;
misma lengua sin reparo;
igual gusto en la disputa,
igual carácter acedo,
y lo mismo de hideputa,
don Francisco de Quevedo.